La Madre Naturaleza siempre nos está proveyendo de hermosas plantas con maravillosas flores que adornen nuestros jardines y nos hagan felices, las hay de todos los tamaños, colores, formas y aromas, incluso para todos los gustos, son en verdad hermosas y muy únicas. Todas estas nacen de un botoncito en su planta y una vez empiezan a florecer su flor se queda en una sola posición y no se mueve de ella, con excepción de él popular Girasol, una flor grande y muy bella que llama la atención de quien sea que la vea.
Muchos se han de preguntar cual es la causa por la que los girasoles miran al sol durante todo su proceso de crecimiento y maduración, aunque este se mueva. Los girasoles son una de las plantas más llamativas por su aspecto colorido y por una de sus interesantes cualidades: moverse al compás que marca el sol. Pero, ¿por qué los girasoles miran al sol? Desde que amanece, los girasoles siguen el movimiento de este a oeste del astro sin detenerse.
Una planta única que busca con movimiento propio el Sol.
Sucede que cuando el sol se pone, los girasoles vuelven a la posición inicial para estar preparados para volver a realizar este giro el día siguiente, acto que repiten cada día de su tiempo de vida. De este modo, la planta nos permite anticipar el momento y la dirección del amanecer. El origen y la causa del movimiento de los girasoles se encuentra en su tallo, no en su flor directamente. El calor y la luz que ofrece el sol permite a esta planta crecer más rápido, más fuerte y obtener una mayor fortaleza en su estructura, es por ello que la planta, durante su fase de crecimiento y maduración, se mueve al compás del sol para aprovechar toda la luz disponible.
Lo anterior mencionado representa un paso esencial para realizar la fotosíntesis, conseguir sus nutrientes y desarrollarse de forma adecuada. De hecho, según los expertos que se han dedicado a estudiar su comportamiento, los girasoles recurren a su reloj circadiano interno, una variación rítmica fisiológica asociada a los cambios ambientales de forma rítmica, para actuar en sus hormonas de crecimiento y obtener la base de su nutrición así como también madurar mejor gracias al mayor impacto de la luz solar que pueda recibir.
Una planta con reloj incorporado.
En algunos estudios realizados a dichas plantas se destaca que esta cualidad de los girasoles es el primer ejemplo del reloj que se tiene de una planta que modula el crecimiento en un entorno natural y que tiene repercusiones reales para la planta. Además, existen otros aspectos que indican que este movimiento de los girasoles hacia el sol tiene otras importantes funciones, puramente adaptativas y esenciales en su supervivencia. Por ejemplo, las plantas y flores más cálidas, con una temperatura más elevada, tienen una mayor atracción de insectos como las abejas, lo que repercute de forma directa en su capacidad de reproducción, polinización y supervivencia, contribuyendo a su expansión.
Ahora, cuando el día está muy nublado, lluvioso o cuando finalmente cae la noche al final del día, desde que llega el atardecer, los girasoles tornan de nuevo hacia el este para prepararse de este modo hacia un nuevo amanecer. No obstante, a medida que el girasol madura y ya no necesita tantos nutrientes, la planta ralentiza su movimiento e incluso lo para hasta permanecer prácticamente quieto por completo pero no suele suceder siempre sino que se mueve pero lo hace mucho más lento.
Los girasoles suelen simbolizar la alegría, la vitalidad y la energía positiva. También representan la admiración y la lealtad.
La primavera es la mejor temporada para plantar girasoles, ya que necesitan mucho sol y temperaturas cálidas para crecer.
Planta los girasoles en un lugar soleado y bien drenado. Riega regularmente, pero evita el encharcamiento. Apoya los tallos si son altos para evitar que se doblen.
Los girasoles son plantas que requieren mucho sol y espacio, por lo que no son ideales para macetas ni para crecer en interiores.
Por lo general, los girasoles comienzan a florecer entre 70 y 90 días después de la siembra, dependiendo de la variedad y las condiciones de crecimiento.